El aluminio es extremadamente versátil, se adapta a diferentes técnicas de cocción, tiene una excelente conductividad térmica constante en toda su superficie, es fácil de manejar y muy ligero. Resiste impactos, choques térmicos, abrasiones y corrosión y no requiere mantenimiento. Además, el aluminio es un material 100% reciclable. Las pruebas han verificado que también desde el punto de vista de la salud no implica ningún riesgo en contacto con los alimentos como lo indica el Decreto Ley de 18 de abril de 2007 sobre la disciplina higiénica de los materiales y objetos de aluminio y aleaciones de aluminio destinados a entra en contacto con alimentos publicados por el Ministerio de Salud: lo importante es que la olla que usa está hecha de aluminio para alimentos y tiene una pureza de no menos del 99%.